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El Liderazgo de Ricardo Roa en Ecopetrol Enfrenta Incertidumbre
El liderazgo de Ricardo Roa Barragán en Ecopetrol está en terreno inestable. Esta situación ha surgido junto con la divulgación de detalles sobre una auditoría interna llevada a cabo por la firma estadounidense Covington & Burling LLP. La auditoría tiene como objetivo evaluar el posible daño reputacional que Roa podría haber infligido a la empresa más grande de Colombia. ¿Qué desencadenó este escrutinio? Las acusaciones relacionadas con investigaciones disciplinarias y legales vinculadas a la gestión de Roa durante la campaña presidencial de Gustavo Petro han arrojado sombras sobre su reputación. El periódico El Tiempo desveló esta historia durante el fin de semana. Al parecer, la decisión de proceder con esta investigación pasó por alto la aprobación de la junta y fue sancionada únicamente por un ejecutivo responsable de las funciones de supervisión.
El gasto para esta auditoría ha aumentado a $5,875,000, un incremento significativo respecto a la tarifa de $800,000 pagada por un informe anterior encargado por la junta con la consultoría británica Control Risks a principios de 2024. ¿Cómo se justifica tal aumento abrupto? Recientemente, Mónica de Greiff, miembro de la junta, presentó su renuncia el miércoles por la tarde. De Greiff, ex Ministra de Justicia, fue nominada por el presidente Petro en octubre de 2022. Su partida marca la primera consecuencia significativa en un prolongado conflicto interno, alimentado por las controversias en torno al nombramiento de Roa como jefe de la tercera compañía petrolera más grande de la región en abril de 2023.
Roa, quien se especializa en asuntos eléctricos y no en petróleo, aparentemente no fue informado sobre la segunda auditoría que lo tenía como objetivo. Según alguien con acceso directo a la junta, Roa apareció en una reunión hace tres semanas visiblemente enfadado porque su teléfono móvil emitido por la empresa fue confiscado durante el proceso de auditoría. También informó que las líneas móviles y los correos electrónicos de unos 70 empleados fueron interceptados como parte del procedimiento de perfilado realizado por la firma estadounidense.
Alberto Vergara, el director de cumplimiento corporativo, destaca como una figura clave en esta narrativa. Vergara, quien asumió el cargo con un historial de acoso laboral, supuestamente autorizó la extensión del lucrativo contrato con Covington & Burling LLP para prolongar la auditoría contra Roa. Este movimiento se realizó el 26 de diciembre, según se revela en un memorando interno de la empresa compartido por Caracol Radio. "Nunca instruí a Vergara para esta tarea. Yo mismo fui víctima de este procedimiento. No ordené estas interceptaciones. Informé a la junta de esto", replicó Roa el miércoles.
La implicación de Vergara ha brindado un giro único a la historia: la atención mediática se ha desplazado de Roa a la junta, donde la mayoría de los miembros son nombrados por el gobierno, que posee el 88.49% de las acciones. La junta, intentando protegerse de futuras demandas, ahora se encuentra enredada. Incluso algunos de sus miembros o exmiembros están desconcertados sobre cómo se tomó la decisión de autorizar el costoso contrato. Fuentes cercanas a Ecopetrol indican que la empresa podría haber ya pagado un millón y medio de dólares a la firma de abogados con sede en Nueva York.
Un hilo de investigación que causa preocupación para las firmas auditoras anglosajonas involucra la compra de Roa de un lujoso apartamento al norte de Bogotá. Roa Barragán pagó 1,800 millones de pesos, aproximadamente 400,000 dólares, por la propiedad, que, según los acusadores, tiene un valor de mercado significativamente más alto. La transacción se facilitó a través de una empresa con sede en las Islas Vírgenes Británicas, un conocido paraíso fiscal. Además, los cerebros detrás de la operación incluyeron a Serafino Iacono, un magnate de hidrocarburos con lazos comerciales con Ecopetrol, y un coronel de la policía colombiana.
Más allá de las sospechas que rodean este negocio inmobiliario, la Fiscalía solicitó el miércoles por la tarde que el Consejo Nacional Electoral (CNE) sancione a Roa Barragán por su papel en la gestión de la campaña presidencial del actual líder. El análisis del Ministerio Público concluye que la campaña de izquierda violó los límites de financiación y ocultó gastos en los informes al CNE en 2022. Detalló que los gastos registrados para la primera vuelta presidencial alcanzaron los 28,690 millones de pesos, alrededor de 154 millones por encima del límite establecido en 28,537 millones para esa campaña.
La fiscalía también ha iniciado una investigación contra Roa, un ingeniero mecánico de 63 años. La denuncia fue presentada por la compañía de aviación Helicol, alegando manipulación de contratos dentro de Ecopetrol para favorecer al operador de helicópteros Helistar. La acción legal se basa en supuestas maniobras de la compañía petrolera para adaptar los requisitos técnicos en la licitación de sus servicios de transporte aéreo, un esquema que supuestamente data de 2011, lo cual restringe la libre competencia.
Una nube de sospecha ha provocado tensión dentro de Ecopetrol, estallando durante uno de los períodos operativos más desafiantes en tiempos recientes. El precio del crudo ha estado por debajo de los 70 dólares por barril durante meses, un nivel desfavorable para el negocio de la compañía, simbolizado por el logo de la iguana. De hecho, sus ganancias se desplomaron un 22.1% año tras año en el primer trimestre. La división entre el gerente y la junta parece irreparable, y la nación observa ansiosamente la respuesta del mercado de valores y el futuro de Roa Barragán al frente de esta histórica empresa colombiana.
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